Aguas minerales sulfurosas

Excitan el aparato gastrointestinal y los sistemas circulatorio y nervioso; aumentan el apetito, aunque otras veces producen inapetencias así como el estreñimiento o la diarrea, según su mineralización sea fuente o débil y las disposiciones individuales.

A los fenómenos de excitación general sigue un aumento de la transpiración cutánea, con frecuente producción de exantemas, aumento de secreción urinaria, lo que favorece la depuración orgánica.

Usadas al interior, obran con más actividad que en baños. En este caso reblandecen la piel, calman su eretismo y activan su circulación y sus funciones. Determinan una irritación, que puede graduarse mucho, sobre el pulmón, el cerebro y los órganos genitales de ambos sexos.

En los sujetos biliosos y linfáticos producen más frecuentemente estreñimiento, en los nerviosos, diarrea; pero estos efectos sólo después de algunos días se manifiestan, pues al principio en casi todos las funciones digestivas se hallan algo entorpecidas.

Alguna vez sobreviene por su influencia un ligero movimiento febril, favorable si no excede de ciertos límites.

En suma, la acción de las aguas sulfurosas es frecuentemente excitante.

Son las que tienen mayor número de aplicaciones. Se emplean en las diatesis herpética, reumática y escrofulosa en sus múltiples manifestaciones; en los catarros de la mucosa respiratoria; en la sífilis y en el mercurialismo; en la clorosis, amenorreas, leucorreas, metritis crónicas, catarros de las vías urinarias, en las dispepsias y gastralgias por metástasis herpética; en las enfermedades de la piel y muchas llamadas quirúrgicas, como úlceras cicatrices, con o sin retracciones, enfermedades do los huesos, caries, necrosis, etc.

Cuando son termales y contienen ácido sulfhídrico, convienen también en las parálisis y hasta en las paraplegias y hemiplegias dependientes de lesiones centrales.

Se hallan contraindicadas estas aguas en la tisis con eretismo, en las enfermedades del corazón y de los grandes vasos, en el cáncer, en el escorbuto, en la predisposición a fluxiones y hemorragias activas y en las inflamaciones agudas.

Volver a AGUA – Inicio