Aguas minerales sulfatadas

Las sódicas y magnésicas, laxantes y purgantes, estimulan el aparato digestivo y aumentan sus secreciones. El mismo efecto producen sobre el hígado.

Excitan la sed, reaniman las funcionen gástricas, y sus efectos fisiológicos se marcan, sobre todo, sobre las membranas mucosas y el sistema glandular.

Su acción sobre la circulación, respiración e inervación es generalmento leve y pasajera.

Obran sobre el aparato génito-urinario de distinto modo, según la clase de sulfatos que en ellas dominen, pues mientras unas no modifican sensiblemente la secreción de las orinas, otras de base alcalina, .aumentan la secreción renal y modifican el líquido segregado.

Ejercen una acción sedante sobre el aparato genital y especialmente sobre el útero, aunque no siempre estas acciones son bien manifiestas.

Si la mineralización es fuerte, producen en la piel fenómenos de excitación.

Constituyen, en fin, una medicación resolutiva y derivativa.

Si el sulfato dominante es de base alcalina y contienen además bicarbonato sódico, sus aplicaciones se aproximan a las de las aguas alcalinas; cuando esto no sucede, se emplean con éxito por sus propiedades sedantes en ciertos estados neuropáticos; se emplean también en los catarros vesicales, en los infartos dolorosos de la matriz, en el reumatismo nervioso y también en algunas dermatosis e infartos viscerales, en cuyos casos, además de usarlas en baños, se administran al interior en dosis purgantes.

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