Agua destilada

Agua químicamente pura, obtenida destilando las aguas naturales.

Empléense para esta operación alambiques sencillos o aparatos especiales, formados de un matraz, un refrigerante de Liebig y un recipiente.

En la destilación se desprenden primero las sustancias más volátiles que el agua contenga y no se recogen, y las más fijas o se desprenden a temperatura superior a la de la ebullición del agua o no se desprenden a ninguna temperatura.

Si la operación se conduce bien y el aparato está bien dispuesto, resalta el agua químicamente pura o sea la especie química que corresponde a la fórmula H2O (átomos).

Cuando el agua que se emplee contenga cloruro de magnesia, cual ocurre con el agua del mar y la de algunos pozos, en el acto de la concentración esa sal se descompondrá, produciendo magnesia, que se mantendrá en la caldera, y ácido clorhídrico, que destilará en el agua. Este inconveniente se evita adicionando un poco de cal a la caldera para que se forme cloruro de cal, que resiste a la destilación, siendo preferible emplear un exceso de cal a fin de que absorba también el ácido carbónico.

El agua destilada en aparatos de vidrio de mala calidad, resulta a veces alcalina, porque a la temperatura de la ebullición el agua ataca al vidrio y disuelve una pequeña cantidad de la sosa contenida en esa sustancia.

La destilada en ciertos alambiques de grandes dimensiones, cuyo serpentín o condensador es de plomo o de cobre estañado con una aleación plomiza, por la acción del contacto con el aire y el ácido carbónico, ataca el metal, de manera que el agua obtenida se ennegrece ligeramente con el hidrógeno sulfurado. En tales casos y cuando no se trata de aplicaciones muy delicadas, suele depurarse esa agua haciéndola pasar a través de dos hojas de papel de filtro, el cual retiene por adherencia todo el plomo del agua.

El agua destilada pura se reconoce en que, evaporando unas gotas sobre una lámina de platino, no deja residuo ninguno; no da reacción alcalina, ni ácida, con el papel de tornasol; no precipita ni toma color en el hidrógeno sulfurado; no precipita con el cloruro de bario, ni con el nitrato argentino; no reduce el cloruro de oro, ni decolora el permanganato potásico.

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