Afasia sensitiva y afasia motora

La palabra usada como expresión consta de dos partes: una sensitiva, esto es, percibida como se perciben las impresiones externas por los sentidos, y otra motora, en virtud de la cual esta percepción se emite al exterior; pero como estos dos elementos, que el análisis permite distinguir en la palabra, corresponden a la esfera psíquica y sólo en ella pueden formarse, aquella es psicosensitiva y esta psicomotora.

La patología demuestra cuán cierta es la naturaleza compleja de la palabra, porque según la lesión recaiga en la parte sensitiva o en la motora de la palabra, así tendremos dos formas distintas de afasia: la afasia sensitiva o amnésica, y la afasia motora o atáxica.

La lesión mental de la afasia es muy circunscrita, esto es, no invade por su naturaleza las demás esferas de la vida psíquica.

Así enfermos afectos de afasia en el sentido más lato de la palabra, con agrafia y amimia y hasta alexia y anacroasia parciales, son capaces de una vida mental muy complicada. Juegan a las cartas y al ajedrez, cuidan los objetos de su propiedad y disponen muy bien todos sus asuntos. Esto parece probar que el lenguaje mental no es esencial a la vida psíquica.

Los afásicos, en vez de pensar por palabras piensan por imágenes, como la generalidad de los hombres en multitud de ocasiones. La carencia de la facultad de pensar por imágenes se llama apraxia, estado que revela una de las más profundas alteraciones intelectuales. En este caso, la confusión ele los objetos da lugar a las acciones más extrañas, no relacionándose el enfermo con el mundo exterior sino por absurdas concepciones sobre todas las cosas, sus cualidades y sus usos.

Siempre la apraxia indica lesiones más extensas que la afasia, aun concebida ésta en la extensión que Steinthal daba al término asemia.

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