Adaptaciones a la temperatura en la aclimatación

El arte puede intervenir eficazmente para establecer relaciones concordantes entre el ser viviente y los medios a que se traslade. Este es el arte de la aclimatación y su influencia sobre aquellas relaciones se hace efectiva mediante modificaciones del clima y mediante modificaciones del sujeto que en él se desenvuelve.

Los elementos de acción más manifiesta y conocida que entran en la constitución de un clima son: por una parte sus cualidades termométricas, y por otra parte las emanaciones telúricas; las demás consideraciones atmosféricas, los datos barométricos, higrométricos, ozonométricos, eléctricos, aunque de importancia indudable, influyen menos eficazmente en el hecho de la aclimatación.

Mediante las viviendas, los focos de calor artificial, los vestidos, etc., el hombre se protege contra las fuertes impresiones termométricas; pero estos medios sirven para luchar contra las bajas temperaturas, que no contra las altas.

En los países cálidos el peinado tiene gran importancia para el europeo; debe tener bastante espesor para prevenir los efectos de la insolación. En general el inmigrante hará bien en acomodar su vestido a los usos autorizados por una larga experiencia; también procurará combinar con inteligencia sus antiguas costumbres con las de los indígenas. Todos los medios experimentados por la práctica en climas tropicales recomiendan no excitar la sudoración de por sí abundante, por excesos en la bebida o en el trabajo, y aun más no enfriarse en este estado. Aubert Roche dice que nunca le ha sido tan útil la capa como en Egipto, y recomienda usar lana sobre la piel y preservarse con exquisito cuidado de los enfriamientos nocturnos.

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