Acumuladores o pilas secundarias de Planté

En la experiencia de Gantherot, que ya hemos citado la acumulación de oxígeno e hidrógeno se venteaba en dos probetas; en las experiencias de Ritter ambos gases se dirigían sobre láminas de oro, de cobre, de hierro; muchos físicos han variado la naturaleza de los acumuladores polares, pero Mr. Planté fue el primero que aplicando el plomo a este género de experiencias obtuvo resultados de verdadera importancia práctica.

Mr. Gastón Planté ponía en una especie de botella dos láminas de plomo convenientemente arrolladas para que con una gran superficie presentasen poco volumen, cuidando desde luego de que no estuviesen en contacto inmediato, y llenaba, por último, dicha capacidad con un liquido compuesto de nueve partes de agua y una de ácido sulfúrico.

Una de las láminas de plomo representaba el futuro polo positivo de la pila secundaria; representaba la otra por su parte el polo negativo, y para cargar la pila bastaba poner en comunicación ambas láminas por medio de hilos metálicos con los dos polos de una pila principal o primaria, sometiendo aquella durante cierto tiempo a la constante acción de la corriente eléctrica engendrada por esta última.

La teoría del fenómeno físico-químico que se presenta es en extremo sencilla, al menos considerada en sus rasgos generales.

La corriente eléctrica descompone el agua del acumulador; a la lámina de plomo que comunica con el polo negativo se dirige el hidrógeno, a la segunda lámina, o sea a la que comunica con el polo positivo, viene a parar el oxígeno, y uniéndose al metal forma un óxido de plomo: sólo con esto, la pila queda ya dispuesta y, como se dice en términos técnicos, cargada; una potencial eléctrica hallase almacenada, por decirlo así, en el vaso; dos cuerpos distintos, a saber, plomo y óxido de plomo, en presencia uno de otro constituyendo un par; y en suma, una cierta energía electrice resulta embotellada, y perdónesenos la palabra, y a disposición de quien de ella quiera disponer.

Porque es lo notable de estos acumuladores que muchos de ellos conservan varios días su potencial o su carga eléctrica, aunque esta última frase no sea muy exacta como ya hemos indicado. Se carga en Londres, en efecto, una batería Planté, se expide por un buque de vapor a los Estados Unidos y aun llega en disposición de funcionar y aun conserva por algún tiempo su oculta y admirable energía a disposición de la industria.

Tales son las pilas secundarias de Planté en sus rasgos generales consideradas, y prescindiendo por la naturaleza de este trabajo de varios problemas físicos y químicos que vienen en cierto modo a corregir o, mejor dicho, a completar la teoría anteriormente expuesta.

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