Acumulador Arnould y Tamine

Siempre con la idea de aumentar la potencia de acumulación tuvieron los autores que acabamos de citar una idea ingeniosa, y fue la de sustituir a las superficies continuas de plomo del acumulador Planté, a las costras de minio del acumulador Faure, o a las láminas delgadas del acumulador Meritens, un sistema de hilos de plomo de un milímetro de diámetro.

El problema era de pura geometría; con la misma masa de plomo obtener la mayor superficie posible, para que las acciones químicas no dejaran inactiva ni la menor partícula del metal; y es claro que la sustitución de los hilos a las placas continuas permite evidentemente un mayor desarrollo de superficie, casi la duplicación de esta, y por lo tanto mayor potencia de acumulación en el aparato.

Una vez adoptada esta idea, los ingenieros citados construyeron acumuladores de hilo de plomo de diversas formas y por diversos sistemas: ya arrollando sobre una especie de baqueta de cristal el mencionado hilo en forma de hélices oprimidas unas contra otras y en capas superpuestas, separando las capas entre sí por medio de papel apergaminado, con lo que, y después de sacar el molde interior de cristal, queda formado completamente el electrodo y puede sumergirse en el baño de agua acidulada de la pila; ya en otros casos alternando hilos de plomo con hilos de cobre y empleando para líquido activo una disolución saturada de sulfato de cobre; ya sustituyendo el papel apergaminado, que se destruye rápidamente formando una especie de papilla que obstruye todos los intersticios, por pequeños listones de caucho endurecido; ya sustituyendo a las hélices de forma cilíndrica espirales de plano horizontal, superponiendo unas espirales a otras y separando las diferentes capas o por placas de tierra porosa o por listones de caucho; ya en fin, porque los anteriores acumuladores se descomponen con facilidad, empleando especies de enrejados o placas que se colocan en posición vertical dentro del baño ácido, y que están formadas por diferentes series de hilos metálicos.

Pero como todos estos sistemas tienen inconvenientes hasta cierto punto análogos a los indicados para los acumuladores anteriores, han sido abandonados sucesivamente, viniendo a parar a combinaciones muevas que estudiaremos más adelante.

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