Acueductos de Croton en Nueva York

El acueducto de Croton, que abastece de agua la ciudad de Nueva York, se ha considerado con justicia en la época de su construcción, que fue de 1837 a 1842, como una de las obras primeras de esta clase en los tiempos modernos.

Su longitud, desde el lago Croton hasta el depósito receptor, es de 62 kilómetros. Dicho lago es un embalse formado por una presa que cruza el cauce del Croton, corriente de agua saludable que muere en el río Hudson. Cubre 160 hectáreas y contiene unos dos y medio millones de metros cúbicos de agua.

Hasta el valle del río Harlem, en distancia de 53 kilómetros, el acueducto es de piedra, ladrillo y cemento, cubierto con bóveda de medio punto, y el suelo en arco escarzano; tiene 1,90 metros de ancho en el fondo, 2,34 metros en la línea de arranques y 2,56 metros de alto, pudiendo dar paso a 270.000 litros por día.

Atraviesa el valle de Harlem en tubos de hierro colocados sobre un magnífico puente de 445 metros de largo, compuesto de 15 arcos. Estos tubos desaguan en un estanque que puede contener 680.000 metros cúbicos, y de aquí el agua va conducida durante 4 kilómetros a un depósito de distribución, capaz de 90.000 metros cúbicos, por una línea doble de tubos de hierro de 91 centímetros de diámetro.

El agua del Croton entró por primera vez en Nueva York el año 1842, cuando la población era de unas 450.000 almas, y desde aquella fecha hasta la de 1848 se consideraba como muy abundante el surtido de 82.000 metros cúbicos diarios; pero en 1872, con una población de un millón de almas, la cantidad que se necesitaba era ya de 400.000 metros cúbicos por día, de modo que mientras la población había duplicado, el pedido de agua había quintuplicado.

Esto unido a las fuertes sequías de 1870 y 1871, cuando el caudal del río Croton bajó a 123.000 metros cúbicos diarios, demostró la necesidad de emprender nuevas obras. Calculóse que la cuenca superior a la presa del Croton, de 880 kilómetros cuadrados de área, rendiría 1.360.000 metros cúbicos diarios por término medio si el agua podía retenerse, y que por lo tanto podría obtenerse agua abundante aumentando el número capacidad de los embalses.

Proyectáronse por tanto, a semejanza de lo que ya en Madrid se había hecho, nuevos pantanos, uno de los cuales, capaz de 13 millones de metros cúbicos, se construyó inmediatamente. Con esta obra se podría disponer de un volumen de abasto bruto de 21 millones de metros cúbicos a más del producto mínimo diario del río Croton que queda dicho. Proyectóse también otro estanque que debía contener 16 millones de metros cúbicos y que se construirá cuando sea necesario.

Para hacer frente a la demanda creciente de agua, no sólo se aumentaron los embalses como queda dicho, sino que los medios de distribución se multiplicaron en gran escala y en una parte de la ciudad se sentaron seis líneas de tubos de 1,22 metros de diámetro.

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