Acueducto de Segovia en España

El célebre acueducto de Segovia sobresale entre las obras de su género que dejaron los romanos en España.

El agua se toma a tres leguas al S. E. de la ciudad, de varios manantiales que nacen en la sierra de la Fuenfría, cerca del real sitio de San Ildefonso, y corre por una acequia ordinaria hasta un kilómetro antes de las primeras casas, donde hay una de compuertas que llaman el Caserón. Desde aquí empieza un pequeño canal de mampostería ordinaria que va elevándose sobre el terreno, y poco después se ve construido encima de la serie de arcos que forman el magnífico puente acueducto que ha dado fama a la ciudad.

Consta esta obra de una serie de 119 arcos, dirigida en dos alineaciones, y que en el fondo del valle, situado en la plaza del Azoguejo, se apoya en otra fila inferior de 44 arcos tan elevados como elegantes y atrevidos. La luz de estos arcos inferiores varía de 3,90 metros a 4,50 metros, y sus pilares, cuyo espesor en los arranques viene a ser de una cuarta parte del vano, aumentan de arriba a abajo por retallos, a cada cuatro metros y medio, coronados por impostas que componen grandes líneas horizontales del mejor efecto. La altura total del acueducto en el punto de mayor elevación es de 30 metros, de los cuales unos 20 corresponden a la arcada inferior. Los cimientos de esta parte llegan hasta la profundidad de 4 metros y medio, y toda la obra es de sillería de piedra berroqueña de gran tamaño.

Sobre los tres pilares más altos de la fila inferior corre una cartela de tres hiladas con señales de haber existido allí una inscripción de bronce y el macizo del centro tiene un nicho para colocar estatuas. La obra no es posterior al siglo primero de nuestra era, por cuanto se halla representada en lápidas que con seguridad son de ese tiempo.

Una de las cosas que más llama la atención del que examina el acueducto es la gran altura que tienen las pilas centrales comparadas con el espesor de la base, pues llega a ser más de 15 veces, proporción superior a la que suele asignarse para los pilares construidos de materiales rígidos. La presión que sufren los sillares de la parte inferior en el cimiento es de 9,5 kilogramos por centímetro cuadrado, que es la quinta parte del límite de resistencia al aplastamiento del granito de que están construidos; pero si se considera que este límite se asigna para una altura inferior a 12 veces la base, y que según todas las apariencias no hay mortero ni material alguno interpuesto entre los sillares de gran superficie de lecho, dando lugar a que en algunos la presión se ejerza en tres o cuatro puntos solamente, no dejaremos de admirar la ligereza y atrevimiento de la obra, que desde tan remotos tiempos está sirviendo constantemente para el mismo objeto con que fue construida.

Las medidas tomadas por el autor de este artículo en febrero de 1854, entre el Caserón y la primera distribución de aguas, han dado un volumen de 71,5 litros por segundo, o 1900 reales fontaneros al día, y en lo más alto del acueducto 27 litros solamente, o 720 reales fontaneros, cantidad enorme, atendida la población actual de Segovia, aun cuando se la suponga reducida a la mitad en verano.

Las pendientes son de 28 por 1000 en el Caseron y 4 por 1000 en el gran puente.

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