Acueducto de Jerez de la Frontera en Cádiz

Después de la conducción de aguas a Madrid, es digna de memoria la de Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz, obra del eminente e infortunado ingeniero D. Angel Mayo.

Los manantiales del Tempul se hallan situados al Norte, a 46 kilómetros de Jerez, en la falda de la sierra de Cabras. Toman el nombre que llevan de un castillo ruinoso que sé encuentra en sus inmediaciones. Las aguas son abundantísimas, y previo análisis químico, la Academia de Medicina de Madrid declaró que reunían excelentes condiciones.

El acueducto recorre un trayecto de 46 kilómetros. Cuéntense once minas, de las que son las más importantes las llamadas de Cuquillos y del Puerto de la Cruz; la primera tiene 310 metros de longitud, y la segunda, de 970 metros, ha presentado grandes dificultades por la diversa naturaleza de los terrenos con abundancia de agua. La longitud total de las minas mide unos seis kilómetros. Además, recorriendo la línea se encuentran 12 puentes acueductos, de los cuales el mayor es el del Bollo, que mide 80 metros. Por último, se han construido o sifones con una longitud de 30 kilómetros, que recorren sobre puentes los extensos valles del Guadalete y del Albaladejo.

A las puertas mismas de Jerez, y sobre la cumbre de un empinado cerro, se encuentra el gran edificio destinado a la recepción y distribución de las aguas. Su planta es rectangular y está dividido por una galería en dos grandes depósitos, cubiertos de sólidas bóvedas sostenidas por ligeros pilares. Cada uno de estos depósitos se levanta sobre la base de un rectángulo que mide 55 metros de longitud, 35 de latitud y 5 de altura, pudiendo contener entre los dos 19.500 metros cúbicos de agua. La solera está al nivel de la torre de San Miguel, la más alta de la ciudad.

Sobre el pavimento y a conveniente altura, separados por un muro de espesor bastante para resistir la presión de las aguas, se han colocado tres tubos de hierro de 61 centímetros de diámetro interior; uno de ellos, con una llave mecánica, se pone en movimiento por medio de una rueda horizontal y comunica con los dos depósitos para desocupar el que convenga; otro, con dos llaves correspondientes a cada uno de los depósitos, sirve para la conducción y distribución de las aguas a la ciudad, y el tercero, más bajo que los demás, con otras dos llaves, sirve para el desagüe.

La tubería de hierro de la distribución con bocas de riego en las calles tiene una longitud de 45 kilómetros, y su diámetro varía desde 60 centímetros hasta 10. Con carácter provisional y para el día de la inauguración se construyeron en la Plaza Mayor tres grandes estanques circulares, semejantes al de la Puerta del Sol en Madrid.

El estanque central tiene 18 metros de diámetro, y los laterales, en comunicación con él, 12 metros cada uno, formando las aguas al derramarse dos cascadas de 1,60 metros de latitud. Una rueda, colocada en el centro de la gran taza de en medio, de 2 metros de diámetro, contiene 96 surtidores de 15 centímetros de diámetro, los cuales forman un magnífico canastillo al rededor de los tres surtidores centrales que se elevan majestuosamente unos 20 metros. Los estanques laterales están adornados con vistosos juegos de agua, resultando en el conjunto de la fuente 120 orificios de salida y dos cascadas, que durante la noche y con el alumbrado por la luz eléctrica producen un efecto maravilloso.

Las aguas de Tempul proporcionan a Jerez 17.000 metros cúbicos diariamente. El acueducto se ha construido de modo que pueda conducir 30.000 metros cúbicos, y la cantidad de agua que dejan pasar los sifones, compuestos hoy de una sola línea de tubos, se eleva a 18.000 metros cúbicos.

Es de notar que aquí, como en Glasgow, la experiencia ha dado para el gasto efectivo de los tubos mayor caudal que las fórmulas. Al mismo ingeniero Mayo se debe el proyecto de las obras ya terminadas que han variado la faz de la ciudad de Santander.

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