Aceite de crotón tiglio

Se obtiene este aceite de las semillas del crotón tiglium L. por dos procedimientos: por expresión en prensas cuya plancha esté caliente, o por la acción de los disolventes; el rendimiento es de un 50 o 60 por 100 de las semillas empleadas.

Es un líquido espeso, de color pardo, de olor desagradable y sabor extremadamente acre; puesto sobre la piel produce una rubefacción y hasta puede llegar a producir vesicación. Es soluble en éter y en 24 partes de alcohol de 85°, variando esta solubilidad según sea fresco o antiguo.

Este aceite es una mezcla de principios grasos cuyos ácidos son muy variados, cuales son: la estearina, palmitina, miristicina, lauranina, colesterina, y al lado de éstos, otros principios con ácidos volátiles: ácido acético, butírico, valeriánico y por último un ácido particular, el ácido tiglínico que forma casi el tercio de la masa de los ácidos volátiles.

Este ácido, confundido con el angelícico, es sólido a la temperatura ordinaria: funde a 64° y hierve a 201°. Al lado de estos cuerpos se ha descrito una sustancia a la que se cree debe el aceite su acción sobre la piel, la conocida con el nombre de crotonol, pero no ha sido suficientemente estudiada.

Se falsifica este aceite con aceites fijos que se separan fácilmente por su insolubilidad en el alcohol. Se ha sustituido por una mezcla de aceite de ricino y de euforbio, pero se reconoce porque la solución alcohólica se enturbia entonces por el agua.

Se emplea en Medicina como revulsivo aplicado en fricciones, solo o mezclado con el aceite de almendras dulces o la glicerina. Al interior, se utilizan algunas veces sus enérgicos efectos purgantes. Esquerdo, en España, lo usa frecuentemente para combatir las fluxiones cerebrales o meníngeas intercurrentes que se presentan en el curso de algunas enajenaciones mentales y especialmente de la parálisis progresiva. Su acción es rápida y segura. Se administra a la dosis de una a tres gotas. Es medicamento no exento de peligro.

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