Aceite de cacahuates

Se extrae este aceite por expresión de las semillas de los cacahuetes. Es un aceite casi incoloro e inodoro cuando se ha preparado en frío; extraído en caliente tiene un color amarillo desagradable, y sabor de habichuela verde. A 15° su densidad es 0,917; se congela a -3° y se concreta completamente a -7°. Expuesto al aire no se concreta.

El ácido nítrico de 35° le da un color de melocotón que se oscurece al día siguiente. La disolución de mercurio en ácido nítrico le da un color amarillo, concretándose la masa de aceite. El ácido sulfúrico de 66° le da un color amarillo al pronto y después rojo intenso y por último color café oscuro casi negro. El ácido sulfúrico diluido le da un color pardo después de 24 horas. Y el percloruro de antimonio le da un color rojo que se oscurece con el tiempo, espesándose el líquido de tal modo, que al día siguiente aparece una masa concreta casi negra.

Está formado este aceite de palmitina, hipogaína y arachidina.

Se falsifica con aceite de adormideras, de sésamo y de algodón; el primero no se solidifica hasta -18°; los dos últimos elevan su densidad y modifican las tintas que produce con los reactives Massie y otros. Se emplea el aceite de cacahuetes para falsificar los aceites de almendras dulces y olivas, etc.

El aceite de cacahuete tiene gran importancia en el reino de Valencia, donde es base de un comercio de importancia, por lo cual es interesante dar algunos pormenores sobre su extracción. El cacahuete descascarillado da ordinariamente hasta el 40 por 100 de aceite, habiendo algunas partes que dan hasta el 46 y 47. En Marsella extraen del cacahuete de Valencia un aceite extrafino comestible por medio de la primera presión; por la segunda otro aceite todavía fino, y por la tercera uno muy bueno para la fabricación de jabones.

El cacahuete se prepara descascarillándolo y limpiándolo en un aparato compuesto esencialmente de dos cilindros acanalados y de una combinación de cribas y ventiladores, con lo cual resulta la almendra completamente limpia de los residuos de las cáscaras y de la película interior. La almendra se tritura después en molinos o entre cilindros y la parte obtenida va a los sacos de crin que para estos casos se emplean. Se comprimen primero estos sacos para reducir su volumen antes de que empiece a fluir el aceite; de este modo se cargan después con más facilidad en los platillos de las prensas donde han de sufrir la presión definitiva; para que ésta sea más uniforme, se pone entre saco y saco una plancha de hierro galvanizado.

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