El aire por sus propiedades físicas, por su composición, y por sus movimientos ejerce influencias bastante notables en el aspecto exterior del globo, contribuyendo lentamente a sus transformaciones.

La acción del aire se limita casi puede decirse a la superficie, y obra de consuno con las aguas, nivelando asperezas, fuera de algunos casos, y contribuyendo poderosamente a la formación de los terrenos de sedimento donde se desarrolla la vida animal y vegetal.

En los artículos ATMÓSFERA y VIENTO pueden verse los efectos físicos y mecánicos del aire sobre la superficie del globo, correspondiendo mencionar aquí solamente lo que resulta de las acciones químicas.

La acción química del aire ayudada por condiciones físicas y mecánicas siempre simultáneas es muy importante. La desagregación y descomposición de las rocas, transforman masas grandes, compactas e impermeables, impropias para la vegetación y la vida animal, en detritus arcillosos, calizos o arenosos, que luego arrastrados por las aguas y, los vientos forman los terrenos de sedimentación.

El oxígeno, el ácido carbónico, y el vapor de agua desempeñan de una manera directa un papel muy importante en estas transformaciones.

Al tratar de estudiar todas las acciones de transformación que el aire puede ejercer sobre globo, no puede menos de reconocerse, que también obra poderosamente y de una manera directa sobre la vegetación y sobre los seres animales, y como aquellos y estos modifican a su vez el aire y el suelo, son dobles causas de alteraciones en éste y en aquél, que no pueden pasar desapercibidas.

Volver a AIRE – Inicio