Acción de los alimentos sobre el cuerpo

En realidad no son los principios alimenticios los que pueden clasificarse, sino las acciones que ejercen en la economía, y a este respecto hay que añadir a las acciones fundamentales plástica y termógena, una acción sobre los centros nerviosos evidente en el café, en la coca y en al alcohol, en cuya virtud el proceso nutritivo y la circulación de las fuerzas en el organismo se modifican de modo especial.

El valor termógeno o en general dinamógeno de un principio alimenticio se mide por la cantidad de calor que produce quemándose en el organismo. Dada una materia combustible, sea su oxidación rápida o lenta, pase o no por grados sucesivos de oxidación, siempre que origine los mismos productos de combustión, el calor formado será constantemente el mismo.

Según este principio, si quemamos en nuestros instrumentos de experimentación una sustancia, el almidón por ejemplo, y esta sustancia se transforma enteramente en ácido carbónico y agua, el calor producido será exactamente igual al que se producirá por la oxidación de la misma sustancia transformándose enteramente en el organismo en los mismos productos de combustión.

Ahora bien, como el agua y el ácido carbónico son sensiblemente los únicos cuerpos que en definitiva derivan de la oxidación de las sustancias hidrocarbonadas quemadas por el animal, el valor calorífico o dinamógeno de estos principios alimenticios será igual al calor que producen en los aparatos de experimentación, por su combustión completa.

En cuanto a las sustancias albuminoideas y congéneres, se transforman casi enteramente en la economía, en agua, ácido carbónico y urea.

Volver a ALIMENTO – Inicio