Accidente en ciencias naturales y cronología

Cuando las ciencias naturales declaran actualmente que la casualidad y el accidente son, más que ideas positivas, palabras de sentido negativo, que sólo expresan nuestra ignorancia respecto a determinados fenómenos y leyes, afirman lo que aquí indicamos. Así dice Vacherot (Le Nouveau Spiritualisine): “La ciencia afirma constantemente que la casualidad es una palabra vacía de sentido, que el orden existe por todas partes en el cosmos; porque en todas se revela la ley.”

Igual significación tiene la palabra accidente en el orden cronológico, oponiéndose a lo constante y periódico o sea como negación parcial del orden y de la periodicidad. Y decimos negación parcial, porque ya se reconoce hoy unánimemente por testimonio irrecusable de la experiencia y por pruebas fehacientes de la especulación racional que “dentro del mismo desorden existe un cierto principio de orden” y además que en las desviaciones de la ley de la continuidad se encuentra un ritmo periódico, de que son ejemplo las intermitencias de algunas enfermedades y la periodicidad de determinadas perturbaciones (Natura non facit saltum).

En el orden real entendemos por accidente las causas extrañas que producen fortuitamente, por casualidad, sucesos que no se presumen, dada la naturaleza hasta entonces conocida del objeto. Pero del mismo modo que si un ignorante, que sólo conoce la apariencia exterior de la pólvora, sin saber nada de su fuerza explosiva, estimaría tal cualidad como fortuita y accidental, podemos nosotros, desconociendo determinadas cualidades o precedentes de fenómenos que se nos presentan por primera vez, considerar como accidental aquello que no lo es realmente.

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