Este árbol es originario del Canadá, hallándose actualmente muy extendido por Europa, donde resiste sin alteración los fríos del invierno. Hojas bipinadas, con hojuelas casi sencillas, ligeras, y los pecíolos estrechos. El tronco y las ramas provistos de espinas largas, robustas. Flores de color blanco sucio, dispuestas en racimos axilares y sencillos. El fruto es una legumbre larga y comprimida, algo retorcida e indehiscente. Florece en mayo y junio. Las variedades más notables son: inermis y bujoti.
Las siembras se hacen del mismo modo que las de la acacia blanca. Exige tierra ligera, y se da bien en todas las exposiciones. La facilidad con que se reproduce, y la abundancia de espinas con que están guarnecidos sus troncos y ramas, la hacen muy a propósito para formar ton ella setos vivos, y hasta perfiles en los jardines y paseos públicos.
Es muy frecuente en el arbolado lineal de las grandes poblaciones, y tiene la ventaja de prender y vivir en terrenos secos.
En Madrid sufre la acacia de tres púas os ataques de un insecto xilófago que penetra en el tronco, y además una especie de veteadura en su corteza que la mata con frecuencia. En la canícula se suele agostar, perdiendo su verdor y lozanía, y a veces hasta la hoja, si no cuenta con unos doce riegos, por lo menos en los primeros años.
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