Abrigo del ganado

La necesidad de proteger al ganado contra los efectos de la intemperie ha obligado a los ganaderos y agricultores a utilizar abrigos apropiados, naturales y artificiales.

Se consideran como abrigos naturales las pendientes abrigadas y los sitios cubiertos por arbustos, las catadas y los valles respaldados por el Norte y el Oeste, los grupos de árboles de gran porte y los setos vivos.

Los abrigos artificiales los procura el hombre, ya armando cercos de palo, ramaje y piedra, o bien tabalillos, porchadas y sombrajos, que se desmontan después de hecho el servicio.

Deben considerarse igualmente como abrigos las cuadras, establos, gallineros, etc., los cuales serán descritos en sus artículos correspondientes.

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